El 1 de octubre de 1549 nace en el pueblo la Beata Ana de San Bartolomé, monja de la orden carmelita y que acabo siendo la secretaria de Santa Teresa. La madre de la Nati me dijo que habían enviado firmas para que la hiciesen santa pero no han tenido respuesta del Vaticano. Era esta leguita la beata Ana de San Bartolomé, enfermera ya veces secretaria de la Santa a partir de la nochebuena de 1577, en que ésta se lesionó el brazo izquierdo. Las otras cuatros fueron: Inés de Jesús (Tapia, prima de la Madre), Catalina del Espíritu Santo, María de San Bernardo y Juana de San Francisco. Al ir de Soria a Ávila, ya muy enferma fue convocada a Alba por la duquesa, aquí Teresa de Ávila expiró el día de San Francisco de Asís, en torno a las nueve de la tarde del jueves 4 de octubre de 1582 (15 de octubre en el nuevo calendario gregoriano que se iba cambiando en esa época) entre los brazos de la beata Ana de San Bartolomé.
En 1601, leyendo las obras de Santa Teresa, se sintió inspirada para introducir en Francia la reforma de esta gran carmelita y así inició su fundación y consiguió el auto realización real y la bula pontificia para construir el primer monasterio. Después de muchas dificultades, llegaron por fin de España seis carmelitas descalzas y entre éstas la sierva de Dios Ana de Jesús y la Beata Ana de San Bartolomé, iniciando en París la vida regular. El Papa Clemente VIII firma un decreto permitiendo la entrada de las hermanas a Francia. Un ideal conseguido. En 1604 llegaron a París las primeras hermanas Carmelitas. Iban dirigidas por dos religiosas que después serían beatas: la beata Ana de Jesús y la Madre Ana de San Bartolomé. Poco después las tres hijas de la señora Acarí se hicieron monjas carmelitas y luego lo será ella también. Ana de San Bartolomé ha regresado a Ávila cuatro siglos después de que la compañera, enfermera y secretaria de Santa Teresa de Jesús abandonara definitivamente España para fundar por Francia y otros lugares europeos, hasta morir en Amberes en 1622. Al monasterio de la Encarnación, desde la ciudad flamenca llegaba por vez primera una reliquia de la beata Ana de San Bartolomé, ya que su espíritu nunca abandonó la ciudad amurallada, ni dejó de estar presente en Ávila. Murió la Beata Ana de San Bartolomé el 7 de junio de 1626, precisamente el día de la Santísima Trinidad, cuya presencia sintió de manera especial en su alma durante los últimos años de su vida.
De ella decía Santa Teresa la famosa frase: Ana, Ana tú eres la santa, yo tengo la fama. Ana de San Bartolomé fue beatificada en 1917 y aún se espera su canonización. Sus escritos, inéditos hasta hace pocos años, complementan extraordinariamente las obras de Santa Teresa, ya que la Beata relata las vicisitudes de los últimos años de la vida de la Santa, su muerte, y el discurrir de la expansión del Carmelo Teresiano en Francia y Flandes. A los autores del anterior trabajo discográfico, publicado en 2003, 'Coloquio de amor', subtitulado 'Recital de poemas cantados de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y la Beata Ana de San Bartolomé sobre música popular española del siglo XVI', ahora se añaden otros. Además de poemas de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y la Beata Ana de San Bartolomé, 'Del corazón enamorado' incluye "versos de otras dos insignes carmelitas.
En 1601, leyendo las obras de Santa Teresa, se sintió inspirada para introducir en Francia la reforma de esta gran carmelita y así inició su fundación y consiguió el auto realización real y la bula pontificia para construir el primer monasterio. Después de muchas dificultades, llegaron por fin de España seis carmelitas descalzas y entre éstas la sierva de Dios Ana de Jesús y la Beata Ana de San Bartolomé, iniciando en París la vida regular. El Papa Clemente VIII firma un decreto permitiendo la entrada de las hermanas a Francia. Un ideal conseguido. En 1604 llegaron a París las primeras hermanas Carmelitas. Iban dirigidas por dos religiosas que después serían beatas: la beata Ana de Jesús y la Madre Ana de San Bartolomé. Poco después las tres hijas de la señora Acarí se hicieron monjas carmelitas y luego lo será ella también. Ana de San Bartolomé ha regresado a Ávila cuatro siglos después de que la compañera, enfermera y secretaria de Santa Teresa de Jesús abandonara definitivamente España para fundar por Francia y otros lugares europeos, hasta morir en Amberes en 1622. Al monasterio de la Encarnación, desde la ciudad flamenca llegaba por vez primera una reliquia de la beata Ana de San Bartolomé, ya que su espíritu nunca abandonó la ciudad amurallada, ni dejó de estar presente en Ávila. Murió la Beata Ana de San Bartolomé el 7 de junio de 1626, precisamente el día de la Santísima Trinidad, cuya presencia sintió de manera especial en su alma durante los últimos años de su vida.
De ella decía Santa Teresa la famosa frase: Ana, Ana tú eres la santa, yo tengo la fama. Ana de San Bartolomé fue beatificada en 1917 y aún se espera su canonización. Sus escritos, inéditos hasta hace pocos años, complementan extraordinariamente las obras de Santa Teresa, ya que la Beata relata las vicisitudes de los últimos años de la vida de la Santa, su muerte, y el discurrir de la expansión del Carmelo Teresiano en Francia y Flandes. A los autores del anterior trabajo discográfico, publicado en 2003, 'Coloquio de amor', subtitulado 'Recital de poemas cantados de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y la Beata Ana de San Bartolomé sobre música popular española del siglo XVI', ahora se añaden otros. Además de poemas de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y la Beata Ana de San Bartolomé, 'Del corazón enamorado' incluye "versos de otras dos insignes carmelitas.

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