El Monte Carmelo. Solar nativo de la orden carmelitana, el Monte Carmelo, en Palestina. Lindando con el Mediterráneo, Samaría y Galilea. Sitio agraciado y agradable. De real y simbólica hermosura. Con más de una cita en la Biblia.
Buena cuna para el brillo de su historia. Su Precursor, Elías.
Austeridad, recogimiento. Y, a flor de labios, el “vive Dios en cuya presencia estoy”.
Llama interior y fuente de aguas vivas.
Lo eremítico y lo apostólico en fácil desdoblamiento. Al servicio de la Iglesia: presentida primero y fundada después.
De Oriente, pasan los carmelitas a Occidente. Y al mundo entero. A lo cristianizado y a lo por convertir. Duplicando talentos para sí y para los demás.
Orden carmelitana: en aquella Palestina de tanto esperar, el esbozo de su manera de ser; y ahora, en cualquier parte, el reclamo de sus eternos valores. Vive con el tiempo a una.
“Y subiendo a un monte, llamó para sí a los que El quiso, para que le acompañaran… y para enviarles a predicar”. (Marcos, XXX – 13 – 14).
“Grande e ilustre familia religiosa, que representa históricamente uno de los más insignes y eficaces esfuerzos de la Iglesia Católica” (Pablo VI en el discurso al Capítulo General de los Carmelitas).
Buena cuna para el brillo de su historia. Su Precursor, Elías.
Austeridad, recogimiento. Y, a flor de labios, el “vive Dios en cuya presencia estoy”.
Llama interior y fuente de aguas vivas.
Lo eremítico y lo apostólico en fácil desdoblamiento. Al servicio de la Iglesia: presentida primero y fundada después.
De Oriente, pasan los carmelitas a Occidente. Y al mundo entero. A lo cristianizado y a lo por convertir. Duplicando talentos para sí y para los demás.
Orden carmelitana: en aquella Palestina de tanto esperar, el esbozo de su manera de ser; y ahora, en cualquier parte, el reclamo de sus eternos valores. Vive con el tiempo a una.
“Y subiendo a un monte, llamó para sí a los que El quiso, para que le acompañaran… y para enviarles a predicar”. (Marcos, XXX – 13 – 14).
“Grande e ilustre familia religiosa, que representa históricamente uno de los más insignes y eficaces esfuerzos de la Iglesia Católica” (Pablo VI en el discurso al Capítulo General de los Carmelitas).

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